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Guillermo Casini

Tu mirada azul

Por Guillermo Casini 2 de agosto de 2014
Loto y nubes

Por favor, sígueme en esta meditación guiada haciendo tu mayor esfuerzo, luego te explicaré porqué te lo pido.

Por unos minutos, olvida todo y presta atención a las nubes.
Entre las nubes ves el cielo azul, pero ahora concéntrate en las nubes, por favor.

Lo primero que quiero que veas es que para mirar las nubes, para prestarles atención, tienes que esforzarte... Frunces el ceño, provocas una leve pero sostenida tensión en la frente, y hasta fuerzas los ojos que se entrecierran para fijarse!

Ahora por favor, mira el cielo...

Ya lo estás mirando, claro, las nubes están EN el cielo, pero AHORA, en este instante relaja la mirada y contempla el cielo azul de fondo.

Puedes ver que sin forzar la vista lo ves claramente, en su totalidad y en ningún momento de la observación dejas de estar completamente relajado.

Te relajas tanto que hasta te sientes uno con el cielo, como si el observador, o sea tú, fuera al mismo tiempo, en un mismo VER, lo que está observando...

Quiero decir sientes el cielo en ti, no “tu cielo azul”, sino ¡tú como el cielo azul!

Y observa también que notable resulta que mientras relajas tu mirar y te confundes con el cielo, estás viendo (y abarcando y sumando y siendo) esas nubes en el mismo acto, en una misma experiencia, en un solo campo existencial!

Y tienes la sensación de que no eres tú quien lo hace ... y es verdad, todos lo hacen!
Todos (el espacio, las nubes, el sol, la visión, la mente, la actitud...etc) se funden, se re-unen en un mismo cielo abierto e ilimitado, con sólo relajar y retro-ceder de tu postura de observador, con solo volver a abrirte a lo que eras antes de ser algo.

Sin haberlo decidido, sin un acto voluntario y lo más importante, sin ningún esfuerzo de tu parte, te has entregado, has dejado de querer ser algo separado del cielo y has acogido en ese mismo ser impersonal a las nubes, los pájaros, el sol, los ojos, la mente, el intelecto, el cuerpo físico y todo lo que se haya incluido o esté asociado a él, es decir, el mundo y el universo entero!

Lo impersonal es siempre colectivo, y ahora desde esta visión no-dual, con este marco de apertura y claridad, puedes ver que las nubes son el nivel más cercano del cielo, pero no todo el cielo, son sólo una ínfima parte de la superficie y de ninguna manera brindan una imagen cabal de su contenedor, de la totalidad, del conjunto.

Las formas que se superponen sobre el fondo pueden ocultarlo momentáneamente, pero no pueden hacer que desaparezca o quede al margen su realidad total, su existencia única.

La formas y su trasfondo no se hallan separadas desde esta visión a la que hemos llegado casi sin darnos cuenta, y desde la que vemos con claridad que las nubes siempre fueron el cielo azul y éste sin nubes es tan sólo otro evento, otra experiencia del observador.

En la división entre el que ve y lo visto
radica todo el conflicto del hombre

Krishnamurti

Ahora, respira profundo y medita unos minutos en ESTE GRAN DESCUBRIMIENTO que has llegado a conocer directamente, sin interpretarlo ni razonarlo, sino por propia experiencia... por la simple y pura actitud de abrirte al cielo y dejar que tu existencia personal se tiña de un profundo color azul... muy sugestivo!

Al tensionar tu percepción puedes ver la nube, pero si te relajas, ves directamente el cielo abierto, con o sin formas da lo mismo, está todo incluido, todo unido nueva-mente!

Finalmente y con el mismo nivel de relajación o de apertura, mírate a ti mismo, al cuerpo-mente o lo que sea que creas ser, y lleva esta analogía a su punto culminante, a donde puedas comprobar por ti mismo y experimentar directamente su realidad y su contraste.

Sólo que ahora las nubes en el cielo azul serán las percepciones, sensaciones y pensamientos, recordados o imaginados, que aparecen (y cruzan y se  crean y se disipan) en tu consciencia azul...

RELAJA otra vez tu mirada, pero no la dirijas en dirección alguna, simple-mente suéltala y déjala ser, deja que fluya y vaya acompañando las distintas vivencias que surjan en el acontecer cotidiano y espontáneo.

Será la misma fuerza cohesiva de su conformación básica, la que conduzca la energía de tu mirar de vuelta a casa, de regreso a la unidad, al trasfondo siempre azul, profundo y puro de la consciencia.

Con la correcta atención recuperada, relajada, abierta, sin esfuerzo podrás VER que el condicionamiento de años, de siglos de experiencia humana, te ha llevado a esforzarte por algo que estuvo siempre al alcance de tu mano, más cerca que tu propia piel, más tuyo que ninguna otra cosa agregada y que ningún conocimiento adquirido.

¿Te das cuenta por qué te pedí aquél esfuerzo inicial, puedes ver ahora que la realidad de TU SER está siempre frente a ti, aquí y ahora, y si no la ves continuamente es porque en cada instancia eliges otra mirada?

Si usted deja ir un poco, tendrá un poco de paz.
Si deja ir mucho, tendrá mucha paz.
Si deja ir completamente, tendrá una paz completa.

No Ajahn Chah

MEDITA entonces unos minutos en qué pasaría si soltaras, si dejaras de exigirte, de esforzarte, de prestarle tanta atención al mundo que te rodea y relajada-mente contemplaras tus experiencias de vida sin apego, sin implicarte ni esforzarte para resaltar una cosa sobre otra, para ver elegir y decidir basándote sólo en una parte de la realidad y desechar el resto, para ver el árbol perdiéndote del maravilloso e ilimitado bosque de la existencia.

OBSERVA que tu consciencia incluye las cualidades del pensar, sentir y actuar desde una supuesta individualidad transitoria, pero éstas no te definen... Son aspectos de tu mismo ser, así como las nubes lo son del cielo, pero no tienen el poder de condicionarlo o afectarlo sino sólo de ocultar circunstancialmente su grandeza, su infinitud, así como las verdades conceptuales llegan a opacar la luz de la apertura impersonal, de la realidad universal.

Pero aún ese ocultamiento (esa maya) es solamente un punto de vista, una opinión desde este plano de existencia, desde la tierra en la que te apoyas para ver el cielo.

Por eso no te preocupes demasiado, ni te concentres tampoco en esto. Es obvio que al concentrarnos y aplicarnos a un objeto, reducimos (percibimos fragmentadamente) la realidad ilimitada a nuestro punto de vista, a la subjetividad transitoria, a lo poco o nada que nuestra percepción relativa, condicionada entre nubes de conceptos heredados y conocimiento erróneo pueden captar de ella.

Sólo relájate y disfruta de esta apertura, y realizarás naturalmente que las nubes son siempre pasajeras, y en esta correcta atención desapegada también podrás ver que esas mismas nubes transitorias nunca dejan de ser el cielo azul... y siempre que aparezcan te harán revivir el aroma nuevo y fresco de su origen.

Tan solo mira el CIELO DE TU MIRADA y experimenta esa asombrosa libertad por unos minutos... sin opiniones ni puntos de vista, sin asumir que el cielo es algo que obtienes, como un objeto que has llegado a conocer y con el cual te identificas... Siente en cambio su infinitud iluminando tu corazón, y vive su inmensa apertura en el azul profundo de la eternidad compartida aquí y ahora!

Para finalizar, y como agradecimiento a tanto pedido de esfuerzo, les dejo esta bendición o invitación al despertar de Papaji, la que natural-mente inspiró este ensayo:

¡Entre dos nubes hay un intervalo y ese intervalo es el cielo azul!
Disminuye el ritmo de tus pensamientos y mira dentro de los intervalos.
¡Sí!
Mira entre los intervalos y presta más atención a los intervalos que a las nubes.
El primer pensamiento ha desaparecido, y no surge otro pensamiento,
Eso es Libertad, Eso es Conciencia, Eso es tu lugar propio, tu morada propia.
Tú estás siempre allí, como puedes ver.
Esta es toda la enseñanza... ¡Siempre mira a la Conciencia!

PAPAJI

Y con su permiso, me permito una última sugerencia, como reflexión para el camino de regreso a casa: ¿Que pasaría si contemplando este cielo tan renovado, ves pasar una nube con una forma extraña, y no tienes nadie con quien comentarlo?

Simplemente esbozarías una sonrisa y lo disfrutarías contigo mismo, sabiendo que eso que estás presenciando no durará y sin embargo existe tan dentro tuyo que puede explicar tu existencia entera y la del cielo, y la de todo lo demás, en un instante.

Bueno, de igual manera un sabio atestigua sin afectación (sin sufrimiento) el cuerpo, la mente y el mismo mundo que a  nosotros nos tiene tan obsesionados y nos sorprende y atrapa...

Presenciando con una sonrisa compasiva el gran drama del género humano, del individuo condicionado, que tras identificarse con las nubes dejó de ver el cielo... o dicho de otra forma, que olvidó su manera NATURAL de ver la vida y haciendo caso omiso a lo que el medio le imponía, se limitó, se esclavizó y se esforzó demasiado en concebir una existencia demasiado simplista, formada por nubes separadas del cielo... y de sí mismo!

NIRVANA es antes que nada,
La eliminación de las percepciones equivocadas,
Porque al remover las percepciones equivocadas, uno remueve el sufrimiento.

Thich Nhat Hahn
© Guillermo Casini