Javier Gutiérrez Ornelas

La enseñanza de la No dualidad o Advaita es un giro radical a lo que habitualmente conocemos, nuestra mente, que trabaja de forma dual, siempre tenderá a poner en tela de duda la realidad No dual, si leemos a los diferentes maestros advaitines podemos darnos cuenta de su insistencia sobre cómo debemos ver la realidad, sin embargo, aunque leamos y releamos lo que nos dicen, aunque escuchemos sus charlas, aunque practiquemos meditación incluso, nuestra mente vuelve a los patrones de conducta que nos provocan aflicción y miedo.

Esto último es totalmente entendible debido a que hemos acumulado durante muchos años la visión dualista de nuestra mente pensante conocida como ego y así comienza la eterna e ilusoria división: yo y lo demás.

Con esta percepción de dualidad vamos creciendo desde que tenemos uso de razón, a cada momento esta división se refuerza, todos nuestros sentidos y nuestra mente nos llevan sin siquiera cuestionarnos (en la mayoría de las personas) a esta solida visión y cuando llega una persona o una corriente de enseñanzas que refuta tajantemente esta percepción pues obviamente nos mueve el tapete.

Ante estas enseñanzas de la No dualidad, muchas personas simplemente las ignoran o las juzgan de absurdas y continúan con su diario vivir, sin embargo, en muchos casos, como en el de un servidor, se despierta algo que permanecía dormido, algo que ya jamás se volverá a dormir, en nuestra profunda intuición se empieza a desplegar esta visión, empieza a agarrar una fuerza incontrolable, una necesidad de búsqueda, de ver cómo y porque se sostiene esta magia.

Es así como subimos a este crucero cuyo destino es el ver las cosas tal cual son, el despertarnos de años de condicionamiento mental y hábitos mentales preestablecidos, inicia en nosotros este viaje hacia el interior, hacia la búsqueda de nuestra verdadera naturaleza, giramos nuestro periplo, de intentar conquistar todo lo que nos rodea a intentar conquistar y reconocer nuestra propia esencia.

Sin embargo, sin la debida guía es sumamente difícil alcanzar esta visión, si bien podemos deleitarnos con las charlas de los diferentes maestros espirituales que ofrecen cursos cortos, conferencias, libros y videos, el disfrutarlos y escuchar como alcanzaron su visión y como se mantienen en ella, no nos proporciona a nosotros la liberación (moksha) que tanto deseamos, se nos olvida, al parecer, que nosotros debemos alcanzar esta liberación, no solo debemos conformarnos con escuchar a los que han llegado, o dicen haber llegado, yo comparo esto con el hecho de ir a un concierto de piano y deleitarnos hasta el delirio con la música o el recital pero terminando el concierto irnos a dormir a nuestra casa, si esto lo aplicamos a la lectura del advaita o a las charlas de maestros, jamás lograremos trascender la ilusión del ego y seguiremos dando vueltas en el samsara agregándole un entretenimiento más: la escucha de maestros espirituales.

Por este motivo invito a buscar una enseñanza sólida que pueda llevarnos hasta alcanzar la liberación o moksha y no conformarnos solamente con admirar, aplaudir o reverenciar a los que dicen haber alcanzado la iluminación, sino seriamente buscarla, ya que es nuestro derecho de nacimiento.

En mi caso me he encontrado con la bendición de la guía del maestro Jorge Luis Jáuregui, quien ha sido discípulo directo de Swami Chinmayananda y Swami Dayananda y quien transmite las enseñanzas del Vedanta Tradicional como cuerpo de conocimiento que sustenta esta búsqueda, de esta manera nos será posible tener una metodología adecuada para lograr captar lo que nuestra mente y nuestros sentidos simplemente no pueden percibir.