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Javier Gutiérrez Ornelas

Advaita, la realidad última

Por Javier Gutiérrez Ornelas
Javier Gutiérrez

No dualidad. No dos. Esta es la realidad última. Los grandes maestros espirituales del pasado, llámese Buda, Jesús, Krishna, Shankara o los maestros contemporáneos, Ramana Maharshi, Sri Nisargadatta, Swami Dayananda, Thich Nhat Hanh, utilizando sus propios mapas, su propia cartografía, sus propios dedos apuntando a la luna, dieron y siguen dando cuenta de esta realidad, realidad que ahora la ciencia de la mano de la física cuántica, va desvelando paulatinamente, coincidiendo de manera increíble, con la visión de estos maestros.

Este es pues, el punto de partida, saber que la realidad es no dual. Si tratamos de avanzar en el camino espiritual sin entender que nuestra búsqueda debe de ir enfocada a darnos cuenta que nuestra mente nos juega la más grande de las bromas (o pesadillas), haciéndonos creer que existe la separación sujeto-objeto, jamás lograremos salir de las arenas movedizas de la mente conceptual.

Por eso es muy importante, siempre tener presente que nuestro camino espiritual debe apuntar a desarticular el ilusorio engranaje que nuestra mente percibe, de otra manera, mientras exista la creencia de separación, existirá el sufrimiento y esto es así porque al sentirnos o creernos carentes, siempre buscaremos lo natural en nosotros, la plenitud, la cual, aunque ya la poseemos o dicho de otra forma, aunque eso somos, estamos engañados por la percepción de una división existente que nos presentan nuestros sentidos, como lo dijo el Buda: "Donde hay percepción, hay engaño".

Y si nos fiamos de lo que nuestros sentidos nos presentan viviremos engañados queriendo alcanzar algo, queriendo lograr algo, ¡algo que ya tenemos, algo que ya somos! Por tal motivo es necesario recurrir a jñana porque sólo el conocimiento libera, ¿Cuál conocimiento? El conocimiento o sabiduría de que la realidad es No dual, de que esa no dualidad es nuestra naturaleza, de que, como dijo Ramesh Balsekar, "todo lo que hay es la consciencia", entendiendo así que no existen las cosas u objetos y la consciencia de esas cosas u objetos, ya que entonces habría dualidad consciencia-objetos, sino que la realidad última es que fenómenos (físicos y mentales) y consciencia son uno.

Sin embargo, nuestra mente, que es la que nos permite darnos cuenta de esta realidad, está profunda y crónicamente engañada, segundo a segundo recibe información que le "confirma" la dualidad, de tal forma que para despertarla del engaño, requiere alinearse a tres normas básicas, o tres sadhanas como las menciona el maestro Swami Dayananda, siendo estas, dos sadhanas secundarias y una primaria, a saber: la primera sadhana o práctica secundaria de nuestra mente, es trabajar con los valores universales para alinearse a ellos, ya que de no seguirlos le creará una perturbación constante que impedirá prepararla para la visión de la no dualidad, la segunda sadhana secundaria es, practicar la meditación para fortalecer nuestra atención ya que al vivir distraídos seremos presas fáciles de nuestras reacciones y estímulos, todos basados en una supuesta y por supuesto ilusoria dualidad y finalmente, la sadhana principal es jñana, conocimiento o sabiduría, el estudio concienzudo, organizado y comprometido de enseñanzas que nos hagan ver esta realidad: la No dualidad.

Así pues, este es nuestro viaje hacia la realidad, hacia moksha, es un viaje básicamente de conocimiento, de disolver la ignorancia, de darnos cuenta de que la dualidad es un engaño producto de la forma de operar del sistema nervioso y así, paso a paso, descubriremos esa plenitud que ya somos.

© Javier Gutiérrez Ornelas, 13 de mayo de 2014