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Gladys Lamar

El Advaita no vende

Por Gladys Lamar 4 de octubre de 2014
Gladys Lamar

Estamos sumergidos en una época donde abundan los mercaderes espirituales, dispuestos a venderte cualquier cosa que te libere de ti mismo.

Es tan grande tu desesperación existencial que estás dispuesto a vender tu alma al mismo diablo, con tal de que te de una fórmula para sobrevivir a la hecatombe en la que estás sumergido.

Ellos lo saben y se aprovechan de tu ingenuidad.

Se disfrazan de hechiceros ambulantes y te cuentan que eres víctima de una vida anterior en la que fuiste asesinado cruelmente y arrastras tu alma en esta vida en busca de la liberación kármica.

Y así empieza un viaje que no tiene fin, pues se trata de que no llegues nunca a la liberación total, no sea que te sientas tan bien que ya no los necesites más.

Te adulan tu ego, haciéndote creer que eres un alma pura y que por eso debes unirte a ellos en una cruzada que no termina jamás.

Y así te van limpiando tu alma y de paso tu bolsillo.

¡DESPIERTA!

Esta gente no son mejores que aquellos que tanto criticas: gobernantes, industrias farmacéuticas, banqueros.......

¿Que no? ¿Que no puede ser?

¡Claro! Estos te han vendido las buenas vibraciones, te han hecho entrar en una especie de éxtasis divino y ¡Zas! ¡Te lo has tragado!

Es que el ego es así de astuto y con tal de sobrevivir se agarrará a un clavo ardiendo, pero si lo investigas a fondo te darás cuenta del engaño.

Es muy duro darse cuenta de que te están tomando el pelo y salirse del “rollo nueva era”, lo sé, he estado tan pillada como tu.

Pero la liberación es lo más liberador que te puede ocurrir, pero claro tienes que estar dispuesto a desnudarte del todo, a soltar todo lo que has aprendido hasta ahora, tienes que estar dispuesto a desprenderte de ti mismo.

Porque la liberación no es para la persona, es de la persona. Es decir, te liberas de la idea de ser una persona.

¡Un auténtico galimatías! ¿Verdad?

Deja de creer en todo lo que te cuentan, suelta tus amarres y camina por ti mismo, aprende a confiar en ti y apártate de los falsos profetas que no son más que lobos disfrazados de corderos.

Por eso el Advaita no vende, porque no te ofrece nada que exalte los sentidos; nada que te sacuda de tu centro y te haga soñar con un mundo maravilloso, donde todo es posible.

El cuerpo-mente se alimenta de la excitación constante y nuestra identificación con él es tan poderosa, que siempre estamos buscando de un lado para otro; algo que nos de una inyección emocional lo suficientemente fuerte, que nos haga sentir un poco más “vivos”.

Nunca estamos totalmente en el Ahora, que es donde la Vida acontece con toda su grandeza.

Por eso es que las grandes empresas, a través de sus campañas de publicidad, pueden convencernos fácilmente de que solo seremos felices, consumiendo sus productos.

Porque sí, porque seguimos proyectándonos en el tiempo, buscando la felicidad fuera de nosotros; ya sea a través de una actividad (aunque ésta sea perniciosa para nuestra salud), manteniendo relaciones constantes con los demás, o consumiendo cosas que la mayor parte de las veces, son innecesarias.

La corrupción está a la orden del día, pero para amansarnos tan solo hace falta que nos vendan un coche; un móvil de última generación, o que nos pongan el Gran Hermano de turno por la televisión.

Y es que nos quejamos de que las cosas no cambian, pero pocos estamos dispuestos a dejar de soñar....

© (MTB) Gladys Lamar
En el amor somos uno, y en el sexo... ninguno

Marta Tortosa (Gladys ), nació en Barcelona y ha recibido formación como Auxiliar de Ayuda a Domicílio. Trabaja atendiendo a personas mayores y enfermos crónicos en sus propios hogares. Muy sensibilizada en casos de enfermos terminales a quien gusta atender, acompañar y guiar en esos momentos tan cruciales de la Vida. Está firmemente convencida de que si queremos transformar nuestras relaciones, primero debemos hacer una revolución interna.

Ha publicado un libro titulado: En el amor somos uno y en el sexo... ninguno.
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