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Artículos - Rupert Spira

Soy el puro conocer de toda experiencia

Encuentro con Rupert SpiraBarcelona - Abril 2014 (I)
Rupert Spira

Muchos de nosotros hemos estado estudiando y practicando las enseñanzas no dualistas durante muchos años y muchos otros tan solo recientemente han llegado a estas enseñanzas. Sea cual sea el caso, os recomiendo que pongáis de lado todo lo que creáis saber acerca del tema.

Habiendo puesto de lado todo aquello que pensamos o creemos saber acerca de nuestra experiencia, empezamos, de manera muy lenta, con la pregunta: ¿de qué puedo estar absolutamente seguro? ¿De qué puedo tener absoluta certeza?

No te refieras al pasado para contestar a esa pregunta, refiérete a tu experiencia presente y directa; la experiencia es, únicamente, la prueba de la realidad. ¿Qué es lo que sabemos con certeza? ¿En qué podemos confiar?

Lo primero que sabemos es que hay experiencia; todo el mundo, cada uno de nosotros, puede decir con absoluta certeza: "en este momento hay experiencia".

Puede que no sepamos qué es la experiencia pero sabemos, con certeza absoluta, que hay experiencia. Verifica esto por ti mismo, no adoptes mis palabras como ciertas, verifícalo por ti mismo. Os aconsejaría que este fin de semana no dierais mis palabras por ciertas en ningún aspecto.

Ahora hazte la pregunta: ¿cómo puedo estar tan seguro de que hay experiencia? La respuesta es obviamente porque lo sé, la experiencia es conocida. Y sea lo que sea que conoce esa experiencia es a lo que nos referimos con la palabra "yo".

¿Qué es lo que conoce nuestra experiencia? Hazte esta pregunta pero no la contestes con una palabra. Justo ahora mismo hay experiencia, esto es: cada uno de nosotros está teniendo pensamientos, sentimientos, sensaciones y percepciones.

Toma el pensamiento presente, no importa qué es lo que estás pensando; puede que estés pensando acerca de lo que se está diciendo aquí, pero puede que estés pensando en algo completamente distinto, no importa. Tan solo hazte la pregunta: ¿qué es eso que conoce este pensamiento?

Y cuando ese pensamiento desaparece y el siguiente pensamiento surge: ¿qué es eso que conoce ese nuevo pensamiento? Y cuando ese segundo pensamiento desaparece y un tercer nuevo pensamiento aparece: ¿qué es eso que conoce ese pensamiento?

Sea lo que sea esto que conoce el primer pensamiento no desaparece cuando el primer pensamiento desaparece, permanece presente y conoce el segundo pensamiento. Cuando el segundo pensamiento desaparece sea lo que fuera que lo conocía, eso permanece presente para conocer el tercer pensamiento.

¿Qué es eso?... No digas: "no lo sé"...

Eso que conoce la aparición y desaparición de una secuencia de pensamientos, es lo que llamamos "yo". Es el elemento más íntimo de la experiencia, y no aparece y desaparece con cada pensamiento.

Sea lo que sea que conoce nuestros pensamientos, no esta hecho en sí mismo de pensamientos, conoce los pensamientos pero no esta hecho de un pensamiento. Si tuviéramos que llamarlo de alguna manera lo llamaríamos "conocer".

Cuando un sentimiento surge, sin tener importancia cual sea el contenido de ese sentimiento, pregúntate: ¿qué es eso que conoce este sentimiento?

Cuando el sentimiento cambia, evoluciona o desaparece, ¿aquello que lo conoce cambia, evoluciona o desaparece con él? o ¿simplemente permanece firmemente presente durante el sentimiento que evoluciona y que cambia?

Ahora frota suavemente tus manos, una nueva sensación aparece; hazte la pregunta: ¿qué es eso que conoce esta sensación?

Ahora deja de frotar tus manos y la sensación desaparecerá gradualmente, ¿aquello que conocía la sensación, desaparece con ella? Es obvio que no. Ese conocer permanece presente para conocer lo próximo que aparezca.

Digamos que lo próximo que aparece es una percepción: por ejemplo el sonido de mi voz o la vista de esta habitación. ¿Qué es eso que conoce esta percepción?

Cierra tus ojos... Una percepción desaparece, el sonido de esta voz y la vista de esta habitación llegan a su fin. ¿Aquello que conoce el sonido de mi voz y la vista de la habitación llega a su fin cuando ellos desaparecen? Es obvio que no.

Si lo deseáis podéis abrir los ojos.

¿Qué es ese conocer que permanece eternamente presente a través de la experiencia? Conoce nuestros pensamientos, sentimientos, sensaciones y percepciones pero él mismo no está hecho de un pensamiento, sentimiento, sensación o percepción.

Si estuviera hecho de un pensamiento desaparecería cuando desaparece el pensamiento. Si estuviera hecho de un sentimiento, sensación o percepción desaparecería cuando cada uno de estos desaparecen; pero este conocer no desaparece.

En los diez minutos en los que hemos estado sentados aquí ha habido numerosos pensamientos, sensaciones y percepciones que han aparecido y desaparecido; no hay continuidad en el dominio de los pensamientos, sentimientos, sensaciones y percepciones, pero, sin embargo, nuestra experiencia es continua.

Desde que estamos sentados aquí, nuestra experiencia no está fragmentada en una serie de objetos: es un fluir continuo, sin fisuras y sin límites. ¿De dónde proviene esta continuidad? ¿De dónde proviene esta cualidad sin fisura y sin límite de la experiencia?

No pienses acerca de ello, esto no es filosofía ―más bien podríamos decir que es verdadera filosofía― es el arte y la ciencia de la experiencia.

Si estás experimentando la continuidad de la experiencia entonces, a la fuerza, debes estar experimentando aquello que es continuo... ¿Qué es eso?... No digas no lo sé, sí que lo sabes.

Si os preguntase: ¿tu experiencia es continua? Todos diríais "sí", porque todos conocéis la continuidad de la experiencia.

En otras palabras: conocéis aquello que es continuo en la experiencia; y no es, obviamente, ni un pensamiento ni un sentimiento ni una sensación ni una percepción.

Aquello de lo cual nuestra experiencia deriva su carácter de continuidad, no puede ser encontrado ni en la mente ni en el cuerpo ni en el mundo, y a pesar de ello es una experiencia innegable. ¿Qué es eso?

Sea lo que sea, está hecho de puro conocer; cuando digo puro conocer quiero decir que no está mezclado con nada que no sea él mismo. Un conocer cuya naturaleza es simplemente ser, cuya naturaleza es simplemente conocerse a sí mismo por ser sí mismo.

No se conoce a sí mismo en tanto que algo, como un pensamiento, un sentimiento, una sensación o una percepción. Tan sólo conoce su conocer vacío.

Para daros una metáfora: imaginaos el espacio vacío antes que el universo apareciera, es tan sólo espacio vacío y no hay nada en él. Añadid ahora a este espacio vacío e inerte la cualidad de conocer; es sólo una metáfora, una imagen.

Este espacio vacío no es tan sólo un espacio inerte sino que es un espacio que conoce, pero no hay nada que conocer que se encuentre en el seno de este espacio que conoce.

Todo lo que hay en ese espacio es ese espacio; y puesto que la naturaleza de ese espacio es conocer, ese espacio entonces se conoce a sí mismo siendo sí mismo.

Cuando ese espacio mira alrededor ―es una forma de hablar― no puede encontrarse a sí mismo en tanto que un objeto en el seno del espacio, pero no es por el hecho que no pueda encontrarse a sí mismo en tanto que un objeto en el espacio.

En otras palabras, por el hecho de que no pueda conocerse a sí mismo en tanto que objeto, eso no significa que no pueda conocerse a sí mismo: él es el conocer de sí mismo, se conoce a sí mismo simplemente siendo sí mismo.

Ahora tenéis la imagen de este espacio vasto, vacío y que conoce.

Habiendo añadido la cualidad de conocer a ese espacio; ahora, retira la cualidad espacial dejando solamente un conocer adimensional. Eso es lo que llamamos "yo".

No intentes pensar acerca de ello, es imposible pensar acerca de algo que no tiene dimensiones. Más bien, si realmente intentamos pensar acerca de algo que no tiene dimensiones, lo que ocurrirá es que los pensamientos llegarán a su propio fin, a su propia extinción.

Lo que queda cuando el pensamiento llega a su propio fin, a su propia extinción, es este puro conocer vacío y adimensional llamado "yo". Es la experiencia más familiar que hay, aunque no es en sí misma una experiencia, sino más bien un campo adimensional que penetra toda experiencia.

Presta, da tu atención a este "yo" que conoce.

Imaginad una hoja de papel cuadrada, y ahora imaginad que hacéis un pequeño agujero en el centro de esta hoja. Cuando miráis la hoja parece que el agujero está en el papel. Pero, ¿qué ocurre cuando miramos más de cerca, cuando nos acercamos al agujero y empezamos a explorar ese agujero vacío en medio de la página?

Lo único que encontramos ahí es espacio vacío, el espacio vació no está en la hoja, sino que la hoja está en el espacio vacío. El agujero en el centro de la hoja es como la puerta de entrada a ese espacio vacío.

Cuando empezamos a ir hacia el agujero parece que estamos yendo hacia algo que está en el centro de la hoja pero cuando estamos cerca del agujero nos damos cuenta que el agujero no está en la página.

Cuando vamos a través de ese agujero no vamos más profundamente dentro de la página sino que vamos fuera de la página, vamos al seno de un espacio vasto, sin límites y vacío.

El pensamiento "yo" es el agujero en la hoja.

Cuando tomamos el pensamiento "yo" parece, al principio, que nos lleva a un lugar muy pequeño en las profundidades del cuerpo y de la mente. Pero cuando nos acercamos a ese lugar, que esperamos encontrar en algún lugar en medio del cuerpo, ―en la cabeza, en el pecho o en el vientre― todo lo que encontramos es ese espacio vacío y que conoce.

A medida que avanzamos a través de ese agujero, esa puerta en el corazón del cuerpo y la mente con el nombre "yo" escrito sobre ella; a medida que avanzamos a través de esta puerta caemos, por así decirlo, fuera del cuerpo y de la mente en nuestra verdadera naturaleza de puro conocer, de consciencia pura y sin dimensión.

Este yo, al principio, parece ser una entidad localizada en el cuerpo pero cuanto más nos acercamos a él, deviene cada vez mas obvio que no es una entidad localizada en el cuerpo o la mente. Es un campo de conocer, un campo adimensional que conoce, en el seno del cual la mente, el cuerpo y el mundo aparecen de vez en cuando.

En vez de tomar tu posición en el cuerpo o la mente, o en tanto que cuerpo o mente, adopta tu posición en tanto que este campo adimensional de conocer que penetra toda experiencia, y que en sí mismo no está constituido de una experiencia, pero que es íntimamente uno con toda experiencia, aunque en sí mismo no está coloreado por una experiencia particular y que es profundamente vulnerable y abierto a toda experiencia pero que no puede ser en sí mimo dañado por una experiencia en particular.

Simplemente conócete a ti mismo en tanto que eso y empieza a vivir las implicaciones de esta comprensión.