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Artículos - Robert Adams

Bhakta y Jnana

Por Robert Adams
Robert Adams

Robert: Es bueno estar de nuevo con ustedes. Les doy la bienvenida de todo corazón. El martes asistí al funeral de mi suegra. Así que alguien me preguntó por qué no estaba llorando. Por lo tanto, me puse a llorar, y lloré más fuerte que nadie. Tuvieron que ir a buscarme una toalla. Eso es lo mucho que lloré. Y eso hizo que todo el mundo estuviera feliz. (Los estudiantes se ríen) Lloré durante unos diez minutos. Yo no sé por qué. (Risas)

SH: Sólo de pensar en ello vas a empezar a llorar de nuevo.

R: (Risas) De alguna manera, cuando la gente me pide que haga algo, lo hago. Sin embargo, mis sentimientos no cambian nunca. ¿Y qué sentimientos son esos? Todo está bien. Esas palabras nunca vienen a mi mente, pero hay algo que sabe que todo está bien.

Hay algún misterioso poder que está continuamente sintiendo. Este poder, por supuesto, es el Sí mismo, la consciencia. Está más allá de la consciencia, más allá del Sí mismo. Lo que se llama yo es simplemente una imagen, superpuesta a este poder. Por tanto, yo puedo ser el cuerpo y el poder al mismo tiempo. Así que el cuerpo puede llorar, puede reír. Puede pasar por todo tipo de experiencias, pero nadie es afectado.

La experiencia es como una cuerda quemada. No tiene ningún valor. No se puede hacer nada con una cuerda quemada. Si intentas tocarla, se deshace. Así que los sentimientos y las emociones, y todo lo que este cuerpo expresa, es como una cuerda quemada. No tiene ningún valor. No hay palabras para explicar esto. Pero les puedo asegurar que todo se desarrolla como debe. No importa lo que esté pasando en tu vida, o lo que parece estar sucediendo en tu vida, créeme que todo es para tu bien último.

No hay nada en este universo que pueda hacerte daño, no importa cómo aparecen las cosas ni lo que parecen. En primer lugar, no eres tu cuerpo. No hay nada que pueda ser dañado. Tú no eres tu mente, así que no hay pensamientos que puedan atraerte, ni destruirte, o repelerte. Estás más allá de eso, estás por encima de eso.

Lo que realmente eres, lo tienes que descubrir por ti mismo. Y lo haces, por supuesto, cuando detienes la identificación con el cuerpo, y no reaccionas a las condiciones, eso es ser uno mismo. No lo haces conociendo palabras o párrafos o frases. No lo haces memorizando las Escrituras y tratando de impresionar a los demás. Lo haces siendo tú mismo. Para ser tú mismo sólo hay que detener el proceso de pensamiento.

Siempre recuerda que son tus pensamientos los que te impiden ser tú mismo. Cada pensamiento que viene a ti es tu enemigo. Incluso los buenos pensamientos, porque los buenos pensamientos simplemente te están seduciendo. Es la mente que está jugando contigo. Los buenos pensamientos están tratando de hacerte sentir que este mundo es real, y que debes ambicionar ciertas cosas, debes disfrutar del mundo, y tomarlo por lo que vale. Pero entonces tienes que estar sujeto a la ley del cambio, y te viene la desilusión porque las cosas en tu vida ya no son las mismas, después de un tiempo.

Entonces tienes que regresar de nuevo a ti mismo y refugiarte en tu Sí mismo. Al tomar refugio en tu Sí mismo te vuelves feliz. Al tomar refugio en tu Sí mismo tienes paz. Al refugiarte en tu Sí mismo tienes armonía, tienes alegría. Es un misterio para mí por qué la gente se refugia en el mundo exterior, en una persona, lugar o cosa, cuando sabes que el mundo exterior está sujeto a la ley del cambio, y nunca es el mismo continuamente. Así que sea lo que sea en lo que te refugias se convierte en una decepción, ya sea una persona, lugar o cosa.

Había una vez una chica joven que se crió en un prostíbulo. Este era su destino, en aquel momento. No podía escapar de él. Pero ella solía rezar a Ramana Maharshi, "Oh Señor, si he de seguir este camino, estate conmigo. Yo no estoy rezando para cambiar mi vida, si este es mi destino. Sino que estoy rezando para que tu fuerza y tu amor siempre estén conmigo".

Al otro lado de la calle había un supuesto Jnani (sabio iluminado), que solía estar delante de la plaza del mercado, diciendo a todo el mundo que ellos son la consciencia y la realidad absoluta, predicando y gritando. Esto se prolongó durante años.

Finalmente llegó el momento en que ambos murieron y fueron delante de Dios. Y Dios le dijo a la chica: "Tienes que volver de nuevo a la tierra, y tienes que ser un Jnani". Y le dijo al supuesto aspirante a Jnani, "Tienes que volver a la tierra como una serpiente". Y el hombre dijo: "¿Cómo es eso Dios? Yo he exaltado tus virtudes a todo el mundo. Le he dicho a todas las personas que eran la consciencia y la realidad absoluta, y me envías de vuelta como una serpiente. ¿Qué he hecho?" Y Dios dijo: "No tienes corazón. Vienes de la escuela del hablar. Todo lo que has hecho toda tu vida ha sido hablar, hablar, hablar, hablar, hablar. Pero esta chica me dio su corazón. Ella se entregó a mí. Ella no se lamentaba por su suerte. Sólo quería que yo estuviera con ella durante sus pruebas y tribulaciones. Y le di la fuerza para seguir adelante, así que ahora ella es libre. Pero tú todavía tienes mucho que aprender, así que tienes que volver de nuevo como una serpiente".

Esto nos hace pensar. ¿Qué estamos haciendo realmente con nuestras vidas? Hemos leído un montón de libros, hemos visto un montón de maestros, hemos tenido una gran cantidad de conocimientos en la cabeza, pero ¿cuántos de nosotros hemos dado nuestro corazón a Dios? Y Dios no está lejos. Dios es realmente el Sí mismo. Pero para ponerte en contacto con ese Sí mismo tienes que tener mucha humildad. Sentir la gracia de Dios significa que tienes que entregarte por completo, tener mucha humildad. Tienes que tener la actitud, "yo no sé nada, tú eres todo". Esta clase de actitud te hará libre.

Y sin embargo, ¿cuántos de nosotros tenemos una actitud como esta? Muchos de nosotros pensamos en llegar a ser un Jnani, llegar a ser auto-realizado, nos volvemos orgullosos, y en realidad te vuelves más ególatra de lo que nunca fuiste antes. Tenemos una actitud de ser más santo que tú. Esto nunca lo hará.

En realidad no hay diferencia entre un bhakta (devoto) y un Jnani. Uno se entrega a Dios, y no tienen otra vida. Se da cuenta de que todo lo que hace, es Dios quien lo está haciendo. Por lo tanto es bueno. Él nunca se queja. Nunca piensa en sus problemas. Piensa en los demás y sus problemas, en lugar de en los suyos propios.

Y el otro se da cuenta de que el yo es el responsable de todos sus problemas, y de su existencia. Así que sigue el rastro del yo hasta su fuente, hasta el corazón, y se vuelve libre. En esa etapa hay una fusión de ambos el bhakta y el Jnani. Así que un bhakta es un Jnani y un Jnani es un bhakta.

Por lo tanto, si ves a un maestro que piensa que es mejor que cualquier otra persona, y que parece egoísta, ten cuidado. La mayoría de los Jnanis nunca asumen un rol docente en absoluto, y tienen muy poco que decir. Después de todo, ¿de qué hay que hablar?

Esto es lo que yo estaba tratando de explicar el domingo. Sólo ser es suficiente, no ser esto, ni ser aquello, simplemente ser, ser/estar en satsang. Y ya sea que hable de un helado, o de caramelos de goma, no hay ninguna diferencia. Las palabras en sí mismas tienen un valor porque el sonido de las palabras son la gracia que tú sientes. Pero el significado de las palabras sólo es interpretado por tu mente. Es por eso que todo lo que digo es tomado de manera diferente por cada uno de ustedes, porque es filtrado a través de tu mente, y tu consciencia y tu estado de ser se mezcla con las palabras, y las palabras salen de acuerdo a tu forma de vida. Pero si escuchas sin la mente, entonces obtienes el verdadero significado. En otras palabras, no le des demasiado valor a todo lo que digo, sino que abre tu corazón para que la porción de gracia pueda entrar, y puedas recogerla, y elevarte hacia arriba.

¿Cómo se hace esto? Sólo quedándote en silencio, deteniendo la actividad mental. Y puedes detener la actividad mental por cualquier método que conozcas. Si te gusta hacer pranayama, haces eso. Si te gusta practicar la meditación Vipassana, haces eso. Si deseas observar la respiración, haces eso. Si deseas practicar la auto-indagación, haces eso. En otras palabras, haces lo que tienes que hacer para que tu mente pare de pensar. Vichara, la auto-indagación, es sólo mantener tu mente sin pensar. Eso es todo lo que es. Todas las prácticas de yoga conducen al lugar donde dejas de pensar. Todas las religiones más elevadas hacen que tus pensamientos se centren en un solo punto. Y cuando tu mente se detiene, te conviertes en tu Sí mismo. Eres libre.

No hay rituales por los que tengas que pasar realmente. No tienes que castigarte a ti mismo y tratar de deshacerte de tu sentimientos de culpa, los samskaras, o cualquier otra cosa. Identificándote con una mente vacía, hará el trabajo por ti. Pero la mente vacía no es la realización. Es el paso antes de la realización. La realización no es una mente vacía. La realización no puede ser explicada. Baste decir, que la realización está más allá de todo y de cualquier cosa que puedas imaginar. Pero si consigues la mente vacía, entonces estás en el camino hacia la realización. En esa etapa el gurú dentro de ti mismo, te sumerge hacia dentro, y te despertarás a tu Sí mismo. Por lo tanto:

Número 1: Tienes que desarrollar humildad. Tienes que abrir tu corazón a la bondad amorosa.

Número 2: Tienes que olvidarte de ti mismo y tus problemas, como si nunca hubieran existido, y ayudar a los demás, darte a ti mismo a los demás, porque sólo hay un Sí mismo, y yo soy es eso.

Número 3: Tienes que dejar de citar a los maestros y de decirte a ti mismo que yo soy Brahman, yo no soy la mente, yo soy la consciencia, por que eso realmente infla tu ego. Tienes que dejar de compararte con nadie ni nada.

En otras palabras, no tienes que hacer nada, y eso le duele a algunos de ustedes, porque dicen: "Después de todo lo que he aprendido durante cincuenta años, tengo una profesión, estoy haciendo esto y estoy haciendo lo otro. Y ahora me dices que no tengo que llegar a ser nada?" Bueno, la consciencia (no) es nada, (no) es ninguna cosa. Lo que tú llamas Dios (no) es nada. Así que si nada es lo suficientemente bueno para Dios, debe ser lo suficientemente bueno para ti también.

¿No ves ahora que cuando te dices a ti mismo: "Bueno, yo nunca seré nada, yo soy alguien. Yo he estudiado durante años, soy alguien importante", no ves ahora que esto es lo que te detiene? Todo sabio ha llegado a un punto en que ha tirado las Escrituras, ha tirado los libros, ha tirado su cuerpo, ha tirado su conocimiento, y se ha tirado a sí mismo con una pequeña "s". Cuando te deshaces de todas esas cosas, entonces te conviertes en tu Sí mismo.

¿Puedes ver ahora por qué les lleva tanto tiempo a algunas personas? Porque están aferrándose a algo. Ellos dicen: "Yo puedo dejar de lado esto, pero no puedo dejar de lado aquello".

No me refiero a que llegas a tal punto en que nada te importa. No significa que tengas que renunciar a tu trabajo, o dejar a tu familia, o ir a cualquier parte. Tienes que hacer todo esto mentalmente. Haces todo esto en tu mente. Utilizas tu mente para hacer todas estas cosas, y entonces la mente se vuelve hacia sí misma, y desaparece en el corazón. Así que echa un vistazo a tu vida y ve lo que te está reteniendo. ¿A qué te estás apegando? ¿Qué crees que es importante en este mundo?

No se pueden tener ambas cosas. No puedes mentalmente apegarte a una persona, lugar y cosa, y despertar al mismo tiempo. Si deseas la liberación tienes que pagar el precio, y el precio es soltar, dar todo, entregarte, teniendo perfecta fe en que todo está bien. No trates de interpretar lo que significa "todo está bien". Simplemente date cuenta de que todo está en su lugar correcto, tal y como es. Eso es todo. No interpretes eso. No hay errores. Cuando empiezas a meditar en esto, a medida que comienzas a meditar en estas cosas, automáticamente llegas al lugar donde te darás cuenta de que el último enemigo en marcharse es el yo. Todo ha estado apegado al yo. Pero ¿ves cuánto tiempo se necesita para llegar ahí? Tienes que hacer primero todo lo demás.

Es por esto que es peligroso para algunas personas enseñarles sólo el Jnana Marga, por que las personas egoístas se vuelven más egoístas. Aumenta su ego. Tienes que tener primero humildad y pasar por todas estas cosas que hemos hablado. Si realmente quieres hacer esto, lo harás. No vas a hacer esto actuando, haciendo cosas, sino sentándote en silencio, y entregando tu mente y tu cuerpo a tu Sí mismo. Yo soy se hará cargo de sí mismo. Ya ves, yo soy es tu verdadera naturaleza. Por lo tanto no tienes que tratar de conseguirla. Todo lo que tienes que hacer es darte cuenta de que las cosas que te retienen, hay que abandonarlas. Todo tiene que irse, tu sistema de creencias.

¿A qué te estás aferrando? Piensa. ¿Qué hay en tu mente que es tan fuerte? ¿El miedo? ¿Un trabajo? Todas esas cosas no tienen sentido si quieres despertar. Aún tendrás tu trabajo. Aún harás lo que has venido a hacer aquí. Tengo que enfatizar esto porque siempre creemos, y la pregunta que recibo de la mayoría de ustedes es que, "¿Cómo voy a funcionar si hago lo que dices?" Yo sigo diciendo que no tengas miedo, funcionarás. Funcionarás mucho mejor de lo que nunca te puedas imaginar. Es difícil en este momento, trabajando con tu ego, pensar cómo puedo funcionar sin una mente, pero lo harás.

Aquí hay algo que no se puede explicar con palabras. Cuando llegas al estado último, te conviertes en un humano como todos los demás. Es por eso que es difícil saber quién es un Sabio, porque un verdadero Sabio no parece ser diferente que tú y yo. El estado último es funcionar como todos los demás, excepto que hay algo en el interior, hay algo que te hace comprender que eres como un espejo, y tu cuerpo, tus asuntos, y todo lo demás en el universo es un reflejo. Te vuelves ambos. Por fuera parece que expresas tu humanidad, pero tú no eres humano. Y este es el estado más difícil de explicar, ya que está más allá de las palabras. Está más allá de los pensamientos. Está más allá del razonamiento.

No puedes ser razonable para liberarte, está más allá de toda facultad humana. Es por eso que no se puede pensar en ello, y no se puede tratar de explicar, y que ni siquiera se puede hablar de ello. Todo lo que se puede hacer es hacer lo que sea que tienes que hacer para deshacerte de todas tus cosas. Eso es todo, y todo lo demás se hará cargo de sí mismo.

Es así de simple. Las palabras lo hacen tan complicado. El hecho es que nunca has nacido, nunca morirás, no hay ningún poder que te sostenga o mantenga. Tú no existes de la forma en que apareces. Lo mismo es cierto para todo el universo. No es más que un reflejo. Es una ilusión óptica, como el espejismo en el agua, o el agua en el espejismo. Los dos son lo mismo. El agua es el espejismo y el espejismo es el agua. Así que la apariencia es el agua, pero cuando intentas agarrarla, agarras la arena.

Todo lo que agarras en este mundo es como la arena. Parece tan real. Y entonces tus emociones se agarran a ello y le dan más poder, por lo que maya se hace más fuerte y más fuerte y más fuerte, hasta que estás en un estado tal que te lleva muchas encarnaciones deshacerte de todos los miedos, todas las frustraciones, los pensamientos sobre el pasado, los samskaras. Tú has hecho que estas cosas sean reales para ti, pero no existen. Ninguna de estas cosas son reales, pero las has hecho reales. Lo has hecho para ti mismo.

Por lo tanto, cuando abandonas tu cuerpo, parecerá que pasas a un plano astral, y te tomarás un descanso. Te encuentras con tus parientes hace tiempo perdidos, que no podías soportar. Y luego sigues adelante y vuelves dentro de un cuerpo nuevo. Y continúas, y continúas, y continúas. Pero es una mentira. Tú estás haciendo que sea verdad. Es tu verdad porque crees en esto, y te niegas a soltarlo.

Por lo tanto el aspirante maduro del Jnana siempre trabajará con su yo. Que es donde comienza. Le sigue el rastro al yo hasta su fuente. ¿De dónde viene mi yo? Míralo. Obsérvalo. Observa cuando te levantas por la mañana. Te sientes tan pacífico al principio, pero tan pronto como empiezas a pensar en el yo, todos tus asuntos, tus problemas en el mundo, conspiran contra ti. Pero en cuanto te des cuenta de la situación, agarra el yo, "¿De dónde viene? ¿De dónde viene realmente? Hace un momento yo estaba en paz. Hace un momento todo iba bien, pero ahora estoy preocupado, estoy molesto, estoy pensando en mi trabajo, mi futuro, mis finanzas, mi salud. ¿De dónde viene el yo que piensa en estas cosas?" y síguele el rastro al yo de vuelta, de vuelta al corazón, que es la fuente.

La gente me pregunta qué se supone que deben buscar en el corazón. Bueno, recuerda que el corazón del que estamos hablando está en el lado derecho del pecho, a dos dedos del centro, ese es tu corazón espiritual, esa es la fuente. El yo sale de ahí. Así que no sigas al yo externamente, síguelo internamente. ¿Ves la diferencia? No vayas tras el yo, porque piensa en el mundo. Invierte el procedimiento. Quieres seguir al yo de nuevo a su fuente.

Entonces, puedes ver la fuente como una luz brillante mil veces más brillante que el sol. Puedes imaginar al yo volviendo a esa luz, fundiéndose con la luz. O, si eres más propenso al bhakti, devocional, puedes pensar en tu santo o Sabio favorito, y ver tu centro del corazón como el Sabio, y al yo volviendo al Sabio o a la luz. El Sabio absorbe tu yo. Te puedo asegurar que si practicas esto sólo un poco, tendrás algunos resultados asombrosos.

Pero por alguna razón, la mayoría de la gente tiene que estar en un camino espiritual durante años practicando algún tipo de yoga antes de que puedan llegar a esa etapa en la que pueden seguir al yo de nuevo a su fuente. Sin embargo, existen aquellas personas que no tiene por qué ser así. Ha habido personas que no han tenido experiencia previa. Simplemente eran capaces de ver que la fuente de su yo es el Sí mismo. Y se liberaban en ese instante.

El secreto es no permitir que el yo tome el control. ¿Cómo toma el control el yo? Empiezas a permitir que se identifique con las cosas del mundo, y lo haces pensando en ellas. Entonces, como ejemplo, tú te levantas por la mañana y empiezas a pensar que tienes que ahorrar agua, tienes que pagar el alquiler, tienes que comprar ropa nueva, y un millón de otras cosas acerca de yo, yo, yo. Pero si sigues recordando que todas las cosas mundanas están apegadas al yo, te vuelves introvertido, y el yo vuelve a la fuente.

Una vez que el yo vuelve a la fuente, aunque sea por unos momentos al principio, te vuelves alegremente feliz. Tienes mucha paz y armonía. Lo sientes inmediatamente. Al principio puede no durar mucho, pero al menos lo tienes por unos momentos, y así puedes probar la verdad de lo que estoy diciendo. Y algunos de ustedes me han dicho que han podido hacer esto por unos momentos, y que sentían una alegría y una felicidad y una paz, que nunca habían sentido antes. Estás comenzando a sentir tu Sí mismo, tu verdadero Ser.

A medida que continúas haciendo esto todos los días, sobre todo cuando te levantas por la mañana, esos períodos durarán cada vez más tiempo. Se expandirán, y podrás descansar en ese espacio, que es llamado el cuarto estado de consciencia, el intervalo entre el dormir y la vigilia. Podrás permanecer ahí por períodos más largos de tiempo, y sentirás lo que estoy hablando.

Sin embargo, hay algunos de ustedes que no practican nada. Si eres un bhakta no tienes realmente que hacerlo. Todo lo que tienes que hacer es entregarte, entregarte totalmente, lo que conduce a la misma cosa. Pero si eres un aspirante a Jnani y quiere terminar con esto de una vez por todas, agarra tu yo, síguelo hasta la fuente, y sé libre, total y completamente.

Robert Adams, 2 mayo 1991 (Transcripción 58)
Fuente: Robert Adams Satsangs - The Collected Works (eBook version)